miércoles, 31 de octubre de 2012

Noche…



Noche de tantos placeres,
noche de muchos errores,
de gatos y de tejados,
noche de lobos y luna.
Noche de amantes y culpas,
pecados y desencuentros.
de fidelidades nulas,
madejas y desenredos.
Noche hecha de humo,
de vino, de pan y de besos.
noche de amores furtivos,
noche eterna,
noche bruna,
efímera e inacabada,
noche que vendrá mañana.
Malena Cid.
2012©Todos los derechos reservados.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Soñar, soñando

Por una vez y durante, la casi siempre desierta, duermevela de mis madrugadas, soñé.

Me soñé abrazada a tu cuerpo, los dos yaciendo en colorida hamaca,  con mi rostro descansando en tu pecho. Bajo mi mejilla tu corazón latía acompasado, sobre tu corazón, mi corazón se derramaba a besos.
Soñé calor, aroma y textura, soñé tu piel, soñé tu cuerpo.
Soñé con tu sonrisa que me pedía a convertir aquello en más que un sueño
Soñé contigo y por una vez la duermevela, casi siempre desierta, de mis madrugadas, se llenó de anhelos.
Malena Cid

sábado, 20 de octubre de 2012

Altar de muertos



Frente al altar que ayer mismo levantó, ella cae de rodillas y aguarda en silencio. El año se ha cumplido, trescientos sesenta y cinco días desde la última vez que estuvieron juntos.
Como siempre la tristeza ha llegado primero, pero el día está a punto de comenzar y nunca ha sido cosa buena desperdiciarlo en lamentos.
Con los ojos cerrados y las blancas manos extendidas en un gesto de suplica, sus labios desgranan suavemente una plegaria que es a la vez lamento e invocación a sus amados.
Por un instante contempla su obra y se permite un suspiro satisfecho, todo está listo, hecho y preparado en el pequeño altar que ha dedicado a sus recuerdos.
Humo de copal para perfumar, velas blancas que iluminan el camino de los grandes; coloridas candelillas para conducir a los niños que se han adelantado, ofrendas de comida y bebida para darles la bienvenida
Ella ha puesto un poco de todo: café para mamá, un cigarro de hoja como el que fumaba el abuelo, tamales, mole, cerveza, chocolate, pan de muerto, calaveras de azúcar, dulces de leche… un banquete para tentar el alma y los sentidos.
Así es que entre viejas plegarias desgranadas suavemente, el tiempo pasa sin sentir,  hasta que entre latido y latido, ella descubre finalmente a sus amados, aquellos por los que ha aguardado el año entero y llora de alegría y no de pena. 
Las lágrimas benditas caen de sus ojos, mientras percibe en la mejilla el roce de la mano de un amante que la muerte se llevó,  el abrazo de su padre, en la frente un beso del hijo que se mal logró y así uno a unos sus muertos regresan para estar con ella.
Malena Cid

Noche de amor para los muertos



Bajo la azulada luz de la luna tu cuerpo desnudo resplandece, mármol tibio derramado sin pudor sobre sábanas de algodón basto.  Tu belleza, inmortal y fugaz, a un tiempo, es un faro que me atrae desde la oscuridad de mi mar hacia la deslumbrante costa de tu lecho.
—Te amo — murmuro a la noche desde mi noche y descubro que si tuviera que entregar mi vida de nuevo, lo haría sin pensar y tan solo por el privilegio de de deslizar la punta de mis dedos por tu piel de seda.  
Por revivir esos breves instantes en que los dos nos convertimos en uno, daría mi alma sin dudarlo.
Dormida musitas quedamente una plegaria y en el gélido aire de la habitación mi nombre, desgranado silaba a silaba, nace convertido en vaho de tus labios.
Sueñas con el amor perdido, lo percibo, y es tu voz doliente y esperanzada, la que me ha hecho volver en ésta noche a tu lado.
Siempre me pregunté si acaso los sentimientos eran más fuerte que el olvido o la distancia.  Si existía únicamente el aquí y el ahora.  Si al morir me desharía en la nada igual que la respiración se funde con la niebla.
Ahora tengo la respuesta y no importa, como tampoco el pasado o el presente, justo o injusto, bueno o malo, la virtud o el pecado.
El cómo o el porqué.
Importa únicamente que estas y estoy, que tus manos dormidas me acarician, que mis manos pálidas te sujetan. Importa tu respiración insuflando vida a mi marchito pecho, tu valiente corazón latiendo por el mío, mis labios gélidos besando el pulso de tu cuello.
—Amor —murmuras llamándome en sueños, asida a mi espalda, arañando mi nada que a la luz de tus emociones se convertida en todo.
—Aquí estoy— respondo para robarte el aliento con un beso y beberme entero el rojo de tus labios, en ésta noche de amor para los muertos.

lunes, 15 de octubre de 2012

Un sueño cumplido



Algunas veces me levantó con el pie derecho, supongo que éste debe ser uno de esos días, porque recibí una hermosa noticia, cuando mi amiga Valeria Vozniak, me puso en el muro el link de su prestigiosa revista literaria “Nueve Musas” entre cuyas páginas y en medio de maravillosos artículos, encontré publicado mi cuento “Lobo”.
No puedo ni decir lo feliz que me siento al leerme desde esa perspectiva, mi agradecimiento a Nueve Musas y desde luego a Valeria.
Malena Cid.