Aferrada a
tu espalda,
con los
muslos ardiendo,
y los
ojos cerrados,
y los
labios henchidos.
Con la carne
en llamas,
y los
pechos colmados,
en la cama
deshecha,
sobre sabanas
rotas,
y
despojos del día.
Con el
alma tranquila,
entre puertas
cerradas,
entre
cuatro paredes,
entre el
cielo y la tierra,
lo
profano y divino,
el espíritu
en éxtasis,
sosteniendo
tu peso,
inhalando
tu aliento,
recibiendo
tu embate,
amándote
por completo.
Malena
cid
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MIENTRAS LEIA....QUEDAVA SIN ALIENTO...ME ENCANTA...
ResponderEliminarGracias, me encantó saberlo, besos
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