Ocurrió de pronto, que el silencio se
hizo calle,
la quietud habitó en las aceras,
y en los parques se instaló el tedio.
Ocurrió que no hubo más niños que
saltaran,
Más besos que robaran,
campanas que tañeran
ni más perros ladrando en horizontes
de ríos.
Ocurrió que la calma se convirtió en
noche
tras haberse robado el día.
La seriedad anduvo a sus anchas por
la calle,
Golpeando a los mendigos de canciones
con la vara del mutismo.
Ocurrió que la pereza mató a la
algarabía
y en apatía se lloró esa muerte.
Ocurrió que me asomé a la esquina de
la tarde,
desnuda de ternuras y afectos.
Ocurrió que grite con voz potente
que mi grito cayó en despoblado.
que mis manos se asieron al vacio,
y me vi desolada y desdeñada.
Ocurrió que surgiste desde el frio,
calentaste mi alma y mi cuerpo,
me cubriste de besos y de amores
me volviste la reina de éste reino.
Y el silencio, el mutismo, la quietud,
la calma, la apatía y la pereza
entre tus manos se hicieron nada.
Malena Cid.
2012©Todos
los derechos reservados.
Creo que ya lo dije antes, pero he vuelto a leer el poema y me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarY me halaga mucho que lo releas, mil gracias por hacerlo, un beso Martín.
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