Todo comienza con un quiero,
un deseo, una frase que suplica dando órdenes.
Comienza con un momento indistinto,
Déja vu, el humo de un cigarro,
aroma de pan tostado.
Comienza con una mirada,
un gesto fortuito,
un beso robado al aire,
que busca labios donde anidar.
Comienza con un rocé de pieles,
que se adivina antes de sentirse,
con sexo dado y tomado,
en la más luminosa oscuridad.
Todo termina con una palabra,
un mohín vertido en sonidos,
que expresa más de lo que dice.
Termina en un salto de fe,
en un espacio de tiempo que no tiene fin
y cuyo principio no llega.
Nada es eterno, en verdad.
Nada, ni siquiera la muerte.
Malena Cid
2012©Todos los derechos reservados.
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